En los problemas de pareja los dos son parte del problema y los dos son parte de la solución.
Durante una relación de pareja es frecuente atravesar por distintas etapas, algunas de las cuales pueden conducir a una crisis. En ocasiones, esta crisis puede suponer la ruptura de la relación sentimental o bien una oportunidad para avanzar juntos y evolucionar a un estado diferente.
Las causas de los problemas maritales o de pareja suelen ser muy variadas. La rutina de la vida diaria, los contrastes de la personalidad de cada uno, las dificultades en la convivencia, la falta de un espacio en el que compartir la intimidad de la pareja, la llegada de un hijo, etc. son algunos de los ejemplos que pueden ir deteriorando la relación, provocar un distanciamiento afectivo e incluso amenazar con la ruptura conyugal, y por los cuales, se podría solicitar la ayuda de un terapeuta de pareja.
La intromisión de las familias, de uno o ambos miembros de la pareja, también suelen ser objeto de conflicto en la relación conyugal generando continuas peleas y enfrentamientos.
Cuando en las discusiones aparecen reproches, resentimientos, faltas de respeto,… es un momento más que oportuno para pedir ayuda profesional. La prevención de la aparición de los “cuatro jinetes del Apocalipsis” (Gottman, J. 1999): críticas destructivas, actitud defensiva, desprecio y la actitud evasiva o indiferencia, es fundamental para obtener un mejor pronóstico y obtener así mayor éxito en la terapia.
No obstante, también nos podemos encontrar con situaciones de pareja en las que la mejor ayuda que puede ofrecer el terapeuta es conseguir una separación lo menos dolorosa y conflictiva posible, debido a que uno o los dos miembros de la pareja ha decidido definitivamente romper con la relación.
En caso de separación o divorcio también te puedo ayudar a mejorar la relación con tu ex pareja.
En general, las demandas más frecuentes por las que las parejas suelen solicitar mi ayuda son las siguientes: