¿En qué consiste?
Cuando esas crisis suceden la propia familia suele tratar de volver a un equilibrio. Pero hay muchas situaciones donde no lo consigue y por sí sola no encuentra las herramientas para solucionarlas, por lo que parece haber llegado a un callejón sin salida. Problemas en la comunicación, comportamientos que alteran el clima familiar, conflictos continuos, rivalidades, ausencia de límites, normas muy rígidas, dificultades para vincularse afectivamente, sobreprotección, etc., suelen ser dinámicas que nos encontramos en muchas familias que quieren cambiar esa forma de relacionarse.
La terapia familiar trata de abordar la situación de la familia no como un hecho aislado, sino como un equipo donde todos están conectados y se influyen y afectan, y de esa forma todos pueden participar en la solución.
En la terapia familiar no se trabaja desde la culpa sino desde la responsabilidad de todos los participantes, teniendo como centro las necesidades de cada uno para poder mantener relaciones más sanas dentro de la familia.