Hoy mismo en un periódico digital se destaca la importancia de la labor del profesional de la psicología en el Centro de Salud.
Una persona siente ansiedad, malestar, angustia y va a su centro de salud y lo habitual es que le atienda su médico de cabecera que le recete un ansiólíto, un antidepresivo y dé por finalizada su atención en unos diez minutos. Los centros de salud están repletos de mujeres y hombres con manifestaciones de desórdenes emocionales, somatizaciones que no son bien abordados, y mucho menos reciben psicoterapia. Muchos de ellos directamente buscan ayuda psicológica, apoyo, estrategias o simplemente mejorar su estado anímico y lo que obtienen si tienen suerte son citas para el especialista cada tres-cuatro meses y medicación.
El consumo de estos medicamentos en España es desproporcionado, generando que haya muchas personas que dependan de los mismos durante años para llevar una vida medianamente normalizada. En realidad es poner un parche.
En el artículo citado se habla de un estudio que se está realizando donde se valora cómo la intervención psicológica en los centros de salud beneficia a los pacientes con ansiedad y depresión leve.
En realidad como se señala en el artículo el abordaje de estas situaciones personales no se está realizando de manera adecuada y las personas que pueden acceder a pagarse un tratamiento psicológico privado recurren a él para poder aprender herramientas con las que gestionar sus emociones, pero aquellos que no tienen esa posibilidad se quedan en tierra de nadie.
Según datos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), en 2013, el número de dosis de antidepresivos por cada mil habitantes y día era de 79,5, una cifra tres veces más alta que la registrada en el año 2000.
La realidad es que el abordaje farmacológico en ocasiones es necesario, aunque en otras no, pero lo que está claro es que per se no es suficiente. El tratamiento psicológico con determinado planteamiento de detección, comprensión y gestión emocional implica que la persona pueda mejorar su calidad de vida, sin ser ni muy costoso, ni muy largo.
En la consulta hemos atendido frecuentemente a personas que llevaban tiempo medicadas con un alto coste personal, familiar y también económico y cuya evolución había sido nula. La psicoterapia en estos casos es la mejor inversión para la persona, y por tanto para el Sistema de Salud.