Embarazo y soledad
Embarazo y soledad podrían parecer aspectos contrapuestos. Muchas personas señalarían que la mejor compañía que puede tener la mujer es la del ser que lleva dentro. Parece que socialmente se da una norma interna que adjudica a las embarazadas un lugar de vitalidad, fuerza, ilusión, armonía, etc., que en numerosas ocasiones no se da, o por lo menos no de una manera constante.
Por ello el sentimiento en el embarazo de soledad es bastante más frecuente de lo que pensamos y muchas mujeres lo pueden sentir así. Hay mujeres que recurren en ese periodo a la psicoterapia y verbalizan diferentes sentimientos que habitualmente no se integrarían dentro del periodo del embarazo considerado supuestamente un momento repleto de felicidad. Sentir angustia, incertidumbre, malestar, tristeza, soledad, ansiedad, etc es más común de lo que nos creemos.
Esto significa que aunque en un embarazo no haya complicaciones médicas, ya se dan de por sí una serie de cambios en el estado de ánimo que se deben tener en cuenta. No hablo de una situación de una mujer sin pareja que lleva su embarazo en solitario, situación que merece un futuro artículo por las propias peculiaridades que conlleva, sino de un embarazo en la que una persona tiene pareja y ambos comparten la llegada de un hijo o hija.
De esta forma muchas personas, principalmente mujeres, sienten que embarazo y soledad comparten espacio:
- Por el mero hecho del cambio vital en sí, que puede producir incertidumbre y estrés, sobre todo si es el primer hijo. Ya las dos personas van a tener a un ser que va a depender de ellos. Se pueden dar dan preocupaciones laborales, afectivas; familiares, en definitiva sentir y ser consciente que se deja una etapa vital atrás.
- Por la responsabilidad que conlleva traer una persona al mundo; cuidar de él o ella, educarle, darle un buen lugar para vivir, alimentación, salud. En situaciones con inestabilidad económica o laboral este sentimiento se recrudece.
- Debido a los propios cambios hormonales que afectan desde el principio del embarazo ya que hay una constante reestructuración interna en el cuerpo de la mujer.
- Por la propia revolución que supone el ser madre en nuestra experiencias como hijas. Lo que hemos vivido, la relación que hemos tenido con nuestras madres, etc.
- Porque con algunas amistades puede haber un sentimiento de lejanía. Hay personas que sorprenden acercándose e interesándose, y en cambio otras parece que se alejan o no ponen tanta dedicación como se esperaría.
- Ya que frecuentemente se da el sentimiento en la embarazada de que sus parejas no dan la parte de atención, cuidado, interés que necesitan. Es vital la actitud de tu pareja durante el embarazo porque no son sólo las hormonas las que están removidas, sino que hay muchas emociones contrapuestas y la otra persona tiene que entenderlo y estar ahí favoreciendo la superación de esos momentos. Si no lo hace, díselo y pídele lo que necesitas ya que es otra parte involucrada y fundamental en el embarazo. Una paciente a la que acompañé en su embarazo, ya que sentía mucha inseguridad de poder llevar bien esa etapa y ser una buena madre comentaba: “Me siento aislada de mi pareja ..es como si él estuviese fuera de lo que estamos viviendo. Yo me veo cada vez más enfocada en el niño que va a llegar en dos meses, y él en cambio sigue enfocado como prioridad en el trabajo, llega tarde y siento que casi ni me pregunta o se interesa”..
- Además la presión social que siente la mujer actualmente en el terreno de ser una buena madre, criar con apego pero no perder la vida profesional lo que implica un sentimiento de dicotomía constante. Este aspecto lo he vivido y escuchado a amigas profesionales y pacientes “Me siento una mala madre si me reincorporo al trabajo pronto”, “No sé qué hacer, si pedir excedencia o no por si me perjudica en el trabajo”, “me da miedo que el ser madre me limite mi vida profesional, etc.”.
- No se puede obviar tampoco el aislamiento en el que vivimos actualmente. Aunque podamos acceder a toda la información de internet no tenemos ese núcleo como existía antes de apoyo comunitario de la maternidad. Hablo de un apoyo social, conyugal, familiar que muchas veces no existe. Muchas mujeres profesionales son mal vistas en sus empresas por pedir la baja en el embarazo antes de dar a luz, a prácticamente ninguna mujer embarazada la contratan, o incluso en algunos sectores se las rescinde el contrato, aunque sea denunciable. No hay políticas de apoyo y soporte social suficientes, y eso repercute y agranda esa sensación de incomprensión, malestar y soledad.
Embarazo y soledad sin connotación negativa
Pero embarazo y soledad no tiene por qué tener una connotación exclusivamente negativa. Al revés, puede ser un momento perfecto para que la futura madre ordene aspectos de su vida; de su estado emocional, de su pasado y de su futuro y dar prioridad a lo que realmente es importante a partir de ese momento: poder traer a una persona al mundo con la que se va estableciendo ya un vínculo desde el embarazo. Es cierto que en muchos momentos va a estar sola, pero eso no tiene por qué ser vivido con angustia de forma permanente. Un embarazo puede experimentarse desde esa perspectiva de reencuentro personal hacia una misma, conociéndose, comprendiéndose y reforzando las capacidades de cuidar y de entrega, y también del encuentro hacia la persona a la que acompañas en su proceso de nacer, y a la que seguirás acompañando toda su vida.
El embarazo es un hecho natural y un periodo maravilloso de encuentro personal, y hacia el otro ser, pero eso no significa que no requiera de un apoyo y cercanía de otras personas. Es maravilloso para la mujer que lo experimenta sentirse capaz, con esa responsabilidad vital tan importante, pero eso no implica que la persona se cierre y aleje a su pareja de este momento que los dos han elegido. Tampoco significa distanciarse de todas las personas queridas que han estado a tu lado durante años y que a lo mejor no se percatan de tus necesidades actuales. Comparte cómo te sientes; las preocupaciones, las alegrías y momentos de gran emoción, y por supuesto pide aquello que sientas que necesitas a esas personas de confianza, y ya valorarás si su respuesta merece la pena. Relacionate si quieres con otras embarazadas pero no renuncies a tu mundo anterior, aunque actualmente no sea el prioritario, pues ha sido tu base para llegar donde estás. En definitiva, disfruta y saborea el embarazo, acompañada y en soledad.