Cifra alarmante la del desempleo en nuestro país que han presentado hoy 25 de abril. Según esta estadística, el total de parados aumentó en 237.400 desempleados en el primer trimestre de 2013. Con ello, el número de personas que pese a estar en edad y disposición de trabajar no encuentran empleo aumenta hasta los 6.202.700.
No es una masa de gente. Son personas concretas y familias que viven en angustia, malestar e incertidumbre. El número de hogares que tienen a todos sus miembros activos en paro se incrementa en 72.400 en este primer trimestre y se sitúa en 1.906.100. Vergonzoso, alarmante, triste, desalentador y peligroso. Y es que el empleo no es un mero medio de supervivencia, sino que es un factor fundamental que influye a nivel personal, familiar, económico, social, y nos permite tener un status dentro de la sociedad, un reconocimiento de nuestra valía, de nuestro esfuerzo, de permitirnos ser más independientes, de lograr seguridad, de valernos por nosotros mismos y poder ayudar a los demás,etc.
Este post va dedicado a esos hombres y mujeres que están en desempleo; a las personas jóvenes que no pueden comenzar a trabajar, a los mayores de cuarenta y cinco años que se les restringe las posibilidades, a los que tienen formación y a los que no la tienen, a los que están cobrando la prestación, y a los que ya se les ha agotado. Viven y sufren una situación de la que no son culpables, qué se acuestan y levantan con la misma pregunta: ¿Qué va a ocurrirme?, ¿Cuando podré acceder a un empleo?, ¿Qué puedo hacer? Muchos de ellos sienten soledad, incertidumbre, inseguridad, ansiedad, angustia. Por eso todo este contexto no puede hacer que te resignes, ni a estar parado ni a pensar que la solución vendrá de fuera. Mira todas tus posibilidades y marcate unos objetivos sea a nivel físico, formativos, laborales, familiares,. Es un periodo tan difícil y angustiante que hay que buscarle salidas porque la alternativa es hundirse. Ahí van unos consejos:
– Ponte una rutina diaria aunque sean pequeñas acciones. Aunque no tengas que madrugar como antes no dejes que las sábanas se peguen a tu cuerpo. Aseate, arreglate, y no te quedes encerrado/a en casa todo el día.
– Este es el mejor momento para poner mucha de tu energía en alguna cosa que antes no habías podido o querido afrontar; ponte nuevos retos pequeños que puedas ir cumpliendo. Limita tus horas de búsqueda de empleo.
– Haz ejercicio todos los días una hora; sea caminar, correr, gimnasia en casa, bailar. Te permite oxigenarte y liberar mucha energía y ansiedad.
– Queda con personas cercanas que te reportan positividad y no pases mucho tiempo solo. Cuida tu mente; eso es uno de tus grandes retos y objetivos que te tienes que plantear.
– Participa en las redes sociales y en los grupos sociales con los que también se pueden iniciar nuevos proyectos.
– Si te llaman de una entrevista pon todo lo que dependa de ti para que salga bien, y si no te cogen considera qué aspectos tú podrías mejorar, pero se consciente que hay factores que no dependen de ti.
– Cuida y protege tu mente de todas las noticias negativas que hay alrededor. Evita cierto tipo programas televisivos o personas que solo fomentan el miedo y la inseguridad porque eso solo incrementa la angustia, la sumisión y te puedo asegurar que no te va ayudar a encontrar trabajo. Si el temor facilitase que la persona luchase por lo que quiere sería estupendo, pero por desgracia inhibe y paraliza radicalmente.
Conoce y participa en asociaciones en las que las personas comparten y tienen un objetivo común. Las hay en muchas ciudades. Son personas que se juntan para abordar su situación de desempleo, generar alternativas, proyectos formativos, asociativos, etc. Algunas de ellas son «APEMA» (Asociación de personas mayores que están en desempleo), «Parados en movimiento» (Valladolid), Parados sin Fronteras. Hay un amplio listado de diferentes asociaciones de parados en todo el territorio nacional, conócelas, no pierdes nada.
No te quedes parado/a, no desfallezcas, cuídate, da un sentido a levantarte y no te resignes. No desperdicies tus capacidades; sean pequeñas, medianas o grandes. Piensa y haz lo que dependa de ti para estar mejor.
Alejandra Luengo