¿En qué consiste?
La terapia individual es un espacio de encuentro, confianza y comunicación entre el psicólogo y el paciente. Durante la terapia se procede en diferentes fases a la evaluación, el diagnóstico, el tratamiento y posterior seguimiento de cada caso.
Cada individuo, en las diferentes etapas del ciclo vital, puede verse afectado por, conflictos interpersonales, inseguridades, cambios inesperados, pérdidas, crisis vitales o hechos traumáticos que le generan preocupaciones, estados emocionales negativos, actitudes, conductas y afectaciones somáticas que incrementan su malestar y deterioran su salud física y mental.
Por ello, aunque es frecuente acudir a terapia individual por trastornos relacionados con la ansiedad, la depresión, la personalidad, los problemas de conducta en la infancia y adolescencia, las fobias, la dependencia o la impulsividad, entre otros, no necesariamente hay que esperar a presentar estos trastornos psicológicos, sino que podemos acudir ante cualquier circunstancia que interfiera en nuestra calidad de vida y en nuestro bienestar.