La terapia grupal ha demostrado ser útil en una gran cantidad de trastornos como ansiedad, depresión, dificultades de relación, duelo, dependencia emocional y traumas, entre otros.
Antes de crear un grupo se realizo entrevistas personales para decidir la conveniencia o no de este tipo de terapia, para definir la problemática de cada miembro y así confeccionar, de la mejor manera posible, la composición del grupo. A veces se decide realizar un grupo de duración limitada (grupo cerrado) mientras que otras veces se opta por grupos que permanecen abiertos a lo largo del tiempo en los que se pueden ir incorporando nuevos miembros. En cualquier caso, se guardan siempre las siguientes normas:
- Lo que se cuenta en el grupo no se puede contar fuera de él.
- No se interrumpe a los demás.
- No se enjuicia.
En esta terapia, las personas comparten libremente sus problemas y preocupaciones, sus sentimientos, pensamientos, etc., pero, además, trabajan en la resolución de sus propias dificultades y bloqueos.