España está a la cabeza de Europa en el consumo de ansiolíticos. Este tipo de psicofármacos se consume cuatro veces más en España que en países como Alemania, e incluso el consumo es superior al de Estados Unidos. Según los datos emitidos recientemente por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) el consumo de ansiolíticos ha aumentado un 57% en los últimos 12 años. Los más frecuentes son el lorazepam (más conocido con su nombre comercial, orfidal), y el alprazolam (más popularmente conocido como trankimazin). El hipnótico o somnífero más comúnmente prescrito por médicos de familia y psiquiatras es el lormatazepam, o más conocido como noctamid.
A pesar de que el consumo de estos psicofármacos debe estar siempre bajo supervisión médica la realidad que nos encontramos en nuestra consulta (aunque también fuera de ella) es que los pacientes tienden a auto medicarse o incluso a aceptar la medicación psicofarmacológica de otros familiares y amigos que los proporcionan con gran facilidad y despreocupación. Los riesgos que se asumen con este tipo de acciones son, por un lado, introducirse en la dependencia, que se crea con gran rapidez (apareciendo los síntomas de abstinencia cuando dejan de tomarse) y la tolerancia, lo que implica que para conseguir el mismo efecto hay que aumentar la dosis.
Con todo ello hay que subrayar que las pastillas no constituyen la solución para el tratamiento de la ansiedad, ya que sólo consigue paliar la sintomatología física.
Si tuviéramos que resumir qué es la ansiedad en una sola frase concluiríamos que se trata de una respuesta fundamentalmente vinculada a la percepción de una amenaza, (síntoma psicológico), que desencadena un gran elenco de sintomatología de tipo físico, conductual, psicológica, cognitiva y social. Por lo tanto, es lógico pensar que el tratamiento de primera elección debe ser la psicoterapia si queremos eliminar la ansiedad, así como los trastornos que se derivan de ella.
Esto no excluye la posibilidad de combinar ambos tratamientos siendo incluso en algunas ocasiones necesario para conseguir la eficacia terapéutica.
Para el tratamiento en psicoterapia de la ansiedad existen terapias muy eficaces, no obstante, en función del diagnóstico así se llevará a cabo el diseño de un tratamiento específico para cada paciente, no existiendo una «receta única» debido a los diferentes grados de complejidad que presenta la ansiedad. Asimismo, hay que tener en cuenta que, aunque los síntomas pueden remitir en cuestión de varios meses, la psicoterapia implica un trabajo más a largo plazo, pero que consigue mantener los cambios positivos en el tiempo.
Los objetivos generales de la psicoterapia para el tratamiento de la ansiedad serían conseguir que el paciente pudiera cambiar su forma de comportarse, su forma de pensamiento y cómo reaccionar y enfrentarse ante las distintas situaciones que le generan la ansiedad. También se modifican a través de la psicoterapia los síntomas de tipo emocional que mantienen la ansiedad y/o sus consecuencias. Para ello es muy importante que psicólogo y paciente puedan hacer un buen equipo, ya que de ello depende el buen pronóstico del tratamiento.
También sería conveniente señalar que muchas de las personas que padecen ansiedad y no están en tratamiento son más vulnerables a padecer otro tipo de problemas o trastornos psicológicos, como la depresión, el consumo adictivo de alcohol u otras drogas… además del continuo problema que les genera en la vida cotidiana en las relaciones con la familia, pareja, amigos e incluso compañeros de trabajo.
En este sentido, hay que incidir en que la colaboración de la familia y amigos en el tratamiento psicoterapéutico suele ser de gran ayuda por lo que su participación es muy beneficiosa.