No llevar a un niño al psicólogo cuando presentan problemas emocionales puede aumentar el riesgo de padecer de depresión en la adolescencia y en la adultez, afirmó ayer la doctora Mariela Mejía, durante el foro “Hablemos de depresión”, realizado en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua).
Según Mejía, psiquiatra infantil y de adolescentes, además una de las exponentes en el evento, en el país no existe un índice de la prevalencia actual de depresión en la niñez, sin embargo a nivel mundial, el 0.4% al 2.5% de los niños tienen depresión, mientras que en la adolescencia es de 0.4% al 8.3%.
“Los padres muchas veces consideran llevar al niño a un psicólogo como algo innecesario. Se deja pasar mucho tiempo y esto provoca problemas en el ambiente en donde se desarrolla el niño, la escuela y el hogar”, declaró Mejía, quien consideró que la depresión es algo que se previene y mientras más rápido se diagnostique es mejor.
Según Guillermo Gonzalvez, asesor en salud pública de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la segunda causa de muerte en la población de 15 a 29 años en Latinoamérica es el suicidio a causa de la depresión. Mejía explicó que por este motivo se debe prestar atención a esta enfermedad mental desde la niñez.
Más allá de la tristeza
De acuerdo con la psiquiatra, el 70% de las personas que desarrollan distemia –un trastorno afectivo, que se caracteriza por manifestaciones de baja autoestima, melancolía y pesadumbre- a temprana edad, desarrollan depresión en un futuro.
El jefe del departamento de Ciencias Clínicas de la UNAN-Managua, Guillermo Gosebruch, aseveró que atender la depresión a tiempo previene una serie de complicaciones que van más allá del estado de tristeza. “Los deprimidos tienen malos hábitos de salud. Esto los lleva a desarrollar enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión. En los jóvenes provoca adicción, generalmente a drogas como la marihuana. En los adultos también puede ser el alcohol”, indicó Gosebruch.
La depresión también afecta al intelecto. El experto destacó que los jóvenes sufren de un déficit de concentración y de capacidad cognitiva.
Depresión en la sangre
Según el asesor en salud pública de la OMS, solo tres de cada 10 personas reciben atención en salud mental. De acuerdo con Mejía, esta enfermedad es producto de factores biológicos, genéticos y psicosociales.
Mejía explicó que en los biológicos se da por dos sustancias del cuerpo que influyen en el estado de ánimo como son la serotonina y noradrenalina, estas “se encuentran disminuidas”. En lo genético, los niños que proceden de familias en donde hay antecedentes de depresión tienen más probabilidades de padecerla. En cuanto a lo psicosocial, la psiquiatra advirtió que las personas que viven en familias disfuncionales o donde hay alteración de la comunicación (gritos, ofensas) o violencia, están en riesgo de desarrollar depresión.
Tratamiento
Los expertos mencionaron que el tratamiento para la depresión debe combinar el uso de fármacos, antes con la recomendación de un psiquiatra y la psicoterapia. Gosebruch dijo que como todo medicamento, los antidepresivos tienen efectos secundarios y el más conocido es el aumento de peso. “No obstante, no en todas las personas provoca lo mismo porque los organismos son diferentes”, subrayó Gosebruch. En cambio, Mejía resaltó que estos fármacos no producen dependencia. Se estima que en Nicaragua el 4.2% de la población padece de depresión, según datos del 2017 de la OMS.