Aquí y ahora desde la psicoterapia
Aquí y ahora tendría que ser gran parte de nuestro estado vital, de nuestra forma de posicionarnos ante la vida y de un estado mental permanente que por supuesto revertiría en el plano psicológico.
Aquí y ahora puede ser la mera conjugación de dos palabras que aparentemente no tienen nada que ver. Una representa la situación en la que la persona se encuentra que es ésta, y no otra. El ahora muestra el momento específico en el que vive.
Estar en el aquí y ahora puede parecer algo sencillo, pero nada más lejos de la realidad. Hay en culturas y sociedades donde desde la más tierna infancia se fomenta el vivir el momento, saborearlo, también porque en muchas de ellas las personas viven en un nivel de incertidumbre tal que no saben lo que les deparará el día siguiente, pero la presión externa e interna es entonces baja.
Aquí y ahora es centrarte en este momento y en este lugar, es vivir el presente sin adelantarse o retrasarse a otro momento que o bien todavía no ha venido, o bien ya pasó.
Solemos escapar, sin darnos cuenta del aquí y ahora, también hemos sido educados para eso. Vivimos en una cultura que huye del aquí y ahora por múltiples intereses, pensando en lo pasado, en lo futuro, en lo inacabado, en lo que no supimos hacer, en lo que nos equivocamos, en lo que será…continuamente generando un sentimiento de frustración constante.
La mayoría de los animales viven en el aquí y ahora. Se preocupan de cazar si tienen hambre, de beber si tienen sed, de migrar si llega el invierno, y de dormir ante el sueño o la llegada del frío. La vida de los animales se enfoca en el presente que tienen que vivir y responder a las necesidades que éstas les implican. Podríamos decir que es una forma de vida muy simple, y si lo enfocamos desde ahí realmente lo es, pero es que el ser humano como parte de su evolución ha ido complejizando, gran parte de las veces innecesiariamente, su existencia hasta un punto donde se ha separado de su propia naturaleza.
Es curioso que en las sociedades desarrolladas actualmente haya tantas personas que se apuntan a cursos de mindfulness, de meditación, de psicología para centrarse en el estado vital, que precisamente promueven el aquí y ahora, la conciencia plena y el estar, sentir, pensar, y en definitiva ser en ese preciso momento, sin juzgar, sin juzgarse, aceptando lo que viene sin analizarlo o cuestionarlo.
En nuestra sociedad precisamente todo esto lo hemos perdido. Continuamente vivimos en un estrés y ansiedad acumulados , percibiendo todo lo que nos sucede, lo que vivimos desde ese sesgo de cuestionamiento, de expectativas, etc. Desde el aquí y ahora la persona presta atención en cada instante a pensamientos, emociones, sensaciones corporales y al ambiente de alrededor sin ponerle un filtro de valorarlo o cuestionarlo.
Hay tantas personas que acuden a psicoterapia y que critican, cuestionan o juzgan severamente sus emociones; Que si tienen miedo, que si están nerviosos, que si están tristes. Aspectos como esos les perjudican notablemente ya que acaban rechazando lo que sienten, lo que piensan y en definitiva lo que son.
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Hace unos días comentaba una mamá su angustia y sensación de no disfrute cuando estaba con sus hijos por las tardes. Como expresaba, ese tiempo se enfoca en acompañar a sus hijos en las tareas, en el parque, pero no estaba. Incluso comentaba que a veces sus hijos le tenían que repetir las cosas porque no les escuchaba, sino que se quedaba enganchada en su mente . Estaba inmersa en todo lo pendiente, en todas las obligaciones que hacer, que se quedaba fuera de lo que estaba viviendo en ese momento sin ser consciente. Estaba físicamente pero no disfrutaba con lo que hacía, su mente se encontraba muy lejos. Con todo ello se encontraba con un alta nivel de ansiedad, malestar y angustia, y la realidad es que ese momento no vuelve.
Desde la psicoterapia es necesario reubicar a la persona para poderla centrar en el aquí y ahora, trabajando más desde el entendimiento de esos pensamientos, de esas emociones pero sin enfadarse con uno mismo porque se esté rumiando sobre el pasado o preocupándose por el futuro. Vivimos con tal cantidad de expectativas desde pequeños que hemos ido integrando a lo largo de los años, que nos acaban produciendo una gran presión. Sentimos en base a nuestra estructura cognitiva que se fue formando desde la más tierna infancia, de nuestro pasado, de nuestras decepciones, d elo que esperaban de nosotros y de nuestro dolor.
Por supuesto en psicoterapia se trabaja para que progresivamente la persona pueda ser capaz de manejar situaciones vitales en las que no quedarse anclado a un pasado que le puede haber llevado a una depresión o que esté en continua alerta o presión constante que le genere un trastorno por ansiedad, pero sin enfadarse con uno por sentirlo y analizando de dónde vienen ese enfado o rechazo y con qué está conectado.
Además a nivel psicológico estar en el aquí y ahora permite a la persona centrarse, no tratar de abarcar demasiadas cosas en el mismo momento y tener conciencia de lo que se vive, de lo que vivimos. Así la persona logra saborear más lo que vive, hace y siente. Un hombre comentaba como sus relaciones sexuales comenzaron a ser mucho más placenteras cuando se pudo centrar en el aquí y ahora de su encuentro sexual. Antes se quedaba pensando en otras cosas y sus miedos, angustia de no hacerlo bien y ansiedad le acaban impidiendo disfrutar.
El aquí y ahora tendría que ser la base de nuestra forma de vivir, teniendo ideas, proyectos e ilusiones pero no quedarse anclado en el pasado o enfocarse exclusivamente en el futuro, ser plenamente conscientes de vivir el momento en el que se está, y dejarlo estar sin cuestionarlo, porque aunque a veces nos den ganas de adelantar varios pasos, o de anclarnos a un momento específico de nuestro pasado, la vida no se detiene.